La notable evolución de Şahsa: de un modesto taller a una potencia global de la moda
En la década de 1940, Sadık Şahin, hijo de un humilde barbero que emigró de Bulgaria a Turquía, comenzó su carrera profesional como "Devere Ustası" (artesano urdidor). Motivado por su pasión por los textiles, Sadık se aventuró en la producción de telas para forros y abrigos en 1970, allanando el camino para lo que con el tiempo se convertiría en uno de los nombres más respetados de la industria.
En la década de 1990, la capacidad de producción de Şahsa alcanzó las 200 máquinas, lo que resaltó su creciente influencia en el sector textil. Un hito decisivo se produjo en el año 2000 con la constitución de la empresa como sociedad limitada, dirigida por los socios de segunda generación, Sabit Şahin y Ahmet Şahin. Su visión de futuro impulsó a Şahsa a expandirse más allá del sector textil hacia nuevas y emocionantes oportunidades.
De 2000 a 2009, Şahsa se especializó en telas jacquard para cortinas. Sin embargo, 2009 marcó un cambio radical hacia la moda femenina, posicionando a Şahsa como algo más que un simple productor de telas. En 2015, la empresa dio el salto a la alta costura, una iniciativa que introdujo su lujosa artesanía en nuevos mercados internacionales.
Para 2020, Şahsa atendía a 700 diseñadores en 72 países, cosechando reconocimiento tanto por sus exquisitas piezas de alta costura como por su compromiso con la sostenibilidad. Hoy, Şahsa continúa manteniendo el legado de su fundador, representando el futuro de la moda, combinando innovación con respeto por la tradición y esforzándose siempre por satisfacer las necesidades cambiantes de la comunidad internacional de la moda.